
No pasaron muchos años antes de que Scott viera reconocida su labor como director gracias a dos películas. En primer lugar, el thriller fantástico Alien, el octavo pasajero, un auténtico éxito de taquilla con el que el realizador británico se metió en el bolsillo a los amantes del terror y la ciencia ficción. Y en segundo lugar, el film futurista Blade Runner, que no tardó en convertirse en cinta de culto y punto de referencia para la estética del cine fantástico posterior.
En la filmografía de Scott destacan también producciones como la road movie feminista Thelma y Louise, que le valió su primera nominación al Oscar al mejor director, y proyectos menos afortunados como Legend, 1492: La conquista del paraíso o La teniente O'Neill. Sus últimos trabajos han tenido un éxito considerable, especialmente Gladiator, uno de los films triunfadores en los Oscar 2000. A éste siguieron Hannibal y Black Hawk derribado.
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